El verdadero amigo
jamás te da la espalda, va de frente,
llenando la existencia de esperanza,
de alegría y valor.
Es el río, es el mar y cada fuente
que susurra en el centro de mi amor.
Ni envidia ni ambiciona lo que tengo,
reconoce el silencio de la ausencia
tan cristalinamente
como engaña la gente.
Siente lo que presiento en su presencia
al mirarme al espejo con sus ojos
y no juega conmigo al escondite
y tampoco me atacan sus antojos.
Nunca acalla su voz aunque le grite.
Vívo de sus despojos.
llenando la existencia de esperanza,
de alegría y valor.
Es el río, es el mar y cada fuente
que susurra en el centro de mi amor.
Ni envidia ni ambiciona lo que tengo,
reconoce el silencio de la ausencia
tan cristalinamente
como engaña la gente.
Siente lo que presiento en su presencia
al mirarme al espejo con sus ojos
y no juega conmigo al escondite
y tampoco me atacan sus antojos.
Nunca acalla su voz aunque le grite.
Vívo de sus despojos.
Ana María Valladolid Juárez
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